Historias de la bicicleta por nuestra compañera Bellastur, Marta Fernández

Mi relación seria con la bici es muy tardía, del 2013. En septiembre del 2012 vi pasar por Anayo a los ciclistas que participaban en los Puertos Esmeralda y me dije: el año que viene quiero estar ahí. No sabía andar en bici de carretera ni usar pedales automáticos, pero ahí estaba yo, en septiembre de 2013, sola, acongojada, de farolillo rojo en la Clásica de los Puertos Esmeralda. Pero llegué!!!!!

Y a partir de ahí, participé en todos los Puertos Esmeralda, y en todas las Clásicas de los Lagos. ¡Hasta en el 2015 me dieron el trofeo a la más veterana! Creo que fue la única vez que me prestó ser mayor.

¡Ahí estoy con mi trofeo!

Luego vinieron desafíos mayores, como la Quebrantahuesos del 2017.

Me había roto a finales de noviembre del 2016 la pelvis en una nefasta caída bajando de San Isidro. Un perro se me cruzó y ahí fui yo. Necesitaba motivación para recuperar y qué mejor motivación que participar en una super prueba como la Quebrantahuesos.

Ahí estoy llegando, después de haber cometido todos los errores posibles: no comer, no hidratarme, en un día de 40 grados... En fin, todo lo que no se debe hacer. Los 3 últimos kilómetros los recuerdo como una pesadilla, porque no me podía creer que después de hacer 200 kms, no fuera ser capaz de llegar. Pero la bici es un espléndido entrenamiento para la disciplina, el tesón, y por qué no decirlo, también el sufrimiento, así que llegué, acabada, pero feliz.

No me he perdido ninguna Clásica de Los Lagos desde 2014. Claro, excepto el parón de la pandemia.

Esta es la Clásica de este año, en la que nos castigó una buena granizada ya en los últimos kms. Creo que fue un castigo para los lentos, porque los que llegaron primero libraron 🤔🚴

Y por supuesto, por en medio el reto de las Bellastures, que recuerdo con gran cariño. Un día duro, duro, de frío y lluvia, que por supuesto no iba a frenarnos.

Y muchas salidas, mucho disfrute de paisajes, esperando nuevos retos, porque realmente la bici no es un deporte, es mucho más, es una forma de vida, en conexión con el paisaje y la naturaleza.