Me llamo Mónica y amo la bici
Hola!!! Me paso por aquí para presentarme y contaros mi historia biciclitera. Me llamo Mónica y amo la bici.
Concretamente, amo mi bici, jajaja. Por qué digo ésto? Porque amo rodar, sola o en compañía, pero no me gusta el ciclismo, soy incapaz de ver una prueba y que me enganche. Pero también amo correr, y no me gusta el atletismo por lo mismo, así que… no sé si tiene lógica!!
Y por qué amo la bici? Pues supongo que por lo mismo que todas las personas que nos subimos a ella: bienestar físico y mental, sensación de libertad, conocer gente afín, descubrir sitios nuevos, …. No soy nada original.
Llegué a ella un poco de rebote, porque aunque siempre tuve bici, nunca le dediqué mayor atención más allá de algún paseo dominguero con los niños.
A mí lo que me gustaba era correr, pero me lesioné (tendinitis crónica de rodilla), y mi fisio me recomendó deportes sin impacto, como la bici. Así que me animé a probar la bici, primero de BTT, porque en aquellos tiempos conocí a alguien que me mostró la maravilla de la montaña a través de la bici, y me flipó.
Después, con la pandemia, acabé de engancharme, ya que cada escapada me sabía a gloria y compensaba tantas horas de arresto domiciliario.
Pero después de 2 años comiendo barro por caminos de cabras y unas cuantas caídas, decidí que a mis entonces 46 años no tenía ninguna necesidad de abrirme la cabeza en cualquier camino. Cada vez me metía en zonas más complicadas, sola y sin cobertura la mayoría de las veces, mala combinación. Así que, tras una última caída con tripe salto mortal y doble tirabuzón, vendí mi bici de BTT y me compré una de carretera.
El primer día que salí con ella, casi la devuelvo. Se me ocurrió estrenarla subiendo al área recreativa de Pulide, por la subida con más desnivel y asfalto que brillaba por su ausencia. Casi bajo llorando: dolor de cervicales por la postura y del resto del cuerpo en cada bache por la nula amortiguación, sensación de inestabilidad constante, miedo,… horrible.
Por amor propio, le dí otra oportunidad (ir llorando a la tienda a devolverla me daba cosa, jajaja), elegí mejor recorrido y ya me encontré un poco más cómoda, y creo que en la tercera salida ya surgió el amor. Han pasado ya 3 años y cada día me gusta más.
Hará más o menos dos años, en una de mis salidas, me topé por accidente con Covi y aquel mismo día me uní a Bellastures, primero como simpatizante y más tarde como socia. Me parece que es un proyecto súper necesario contar con un espacio de referencia para compartir tiempo, experiencias, conocimientos,… sobre una afición que nos une a todas, y sobre todo para acoger a todas las mujeres que quieren empezar a disfrutar de esta afición, es mucho más fácil en compañía, siempre.
Yo salgo mucho menos de lo que me gustaría, por trabajo y responsabilidades varias, sin hablar de la meteorología de nuestra querida tierra que no nos lo pone fácil, pero cada salida me hace plenamente feliz. Normalmente salgo sola, porque voy un poco sobre la marcha, pero salir en compañía mola mucho, y lo disfruto las pocas veces que se da la ocasión.
No miro tiempos, watios, potencia, velocidad de crucero… nada. Solo ruedo, a veces más rápido y otras se me suben los caracoles porque prefiero ir disfrutando del paisaje. Busco zonas rurales, con poco tráfico y mucha naturaleza. Me encanta subir, soy muy friolera y subiendo nunca paso frío, jajaja, pero se me dan muy bien las bajadas, las disfruto también mucho, sobretodo en verano, claro. En invierno, menos.
La bici me proporciona un tiempo exclusivo para mí, que en mi caso escasea; aumenta mi autoestima cada vez que llego más lejos o subo más alto; ha traído a mi vida a gente muy top; mejora mi salud física (mi rodilla está más fuerte y ya puedo correr otra vez) y es mi mejor terapia psicológica, me llevo a rodar los problemas y vuelven reducidos o no vuelven.
Solo le pido a la vida salud para seguir disfrutando muchos años de esta pasión por la bici, mi bici.
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